jueves, 1 de mayo de 2014

La Belleza de lo cotidiano.

“Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verlo” 
Confucio
La belleza de lo cotidiano.

Como siempre que llegan estas fechas, la gente de A.(R)E.A. suele aprovechar para desconectar, ponerse al día de lecturas –si les dejan- e irse al campo a disfrutar del silencio, ya que al no tener este colectivo fervor religioso, estos días de recogimiento espiritual nos sobrecogen. Como no nos gustan esta fechas, pues no las seguimos, no las vemos y nos da un poco igual lo que pase durante esos días.

Al ponernos al día con las lecturas -hecho este que deberíamos hacer cada dos semanas- pudimos leer ciertas ideas que llevan una larga temporada rondando por todos los debates y charlas en las que tenemos la oportunidad de tener. Si, queridos lectores, volvemos a preguntarnos por el futuro de la arqueología? O por la llegada de los romanos a Canarias?[1] Que Pompeya se habrá encontrado en estos días?[2] No, pero algo parecido, como son las trasformaciones acaecidas en nuestro horizonte, y la proliferación de talleres, no solo de arqueología experimental, sino de ámbito “didáctico”, donde muchas personas, o parafraseando a MOYA, “…Un buen número de estas personas provenían de la arqueología comercial, sector que practicamente ha contemplado su propia desmantelación en los últimos años como producto de la apuesta neoliberal de este ámbito profesional por el mercado inmobiliario”[3]se han pasado a realizar una serie de actividades sin tener ni la menor idea del público al que van dinamizar. Curiosamente, esta apreciación nuestra, va pareja a la que observó nuestro amigo José, sobre otro de nuestros temas fetiches, la socialización del Patrimonio.

“El desmoronamiento de este nicho de empleo ha generado una reconversión de numerosas empresas y trabajadores/as, que han visto un foco de recursos económicos en esto de la «socialización del Patrimonio» y ahora enfocan toda su actividad empresarial en esta dirección sin reflexionar sobre lo que realmente significa tal cosa. No me parece mal esta reformulación profesional, pero si creo que al trabajar con vecinas/os, este cambio debe hacerse desde un punto de vista comprometido, honesto y respetuoso. Los/as profesionales que trabajan con el Patrimonio no deben crear proyectos en los núcleos rurales creando falsas expectativas económicas y sociales y después abandonar sus proyectos, con lo que ello conlleva. Basta con que prestemos atención a los numerosos trabajos desarrollados durante la primera década del siglo XXI que han sido financiados con dinero europeo –especialmente fondos Leader– centrados en la excavación, restauración y creación de centros de interpretación de yacimientos arqueológicos. Gran parte de estos proyectos han quedado abandonados. Esta situación viene motivada, entre otros factores, por la incapacidad de muchos ayuntamientos de las zonas rurales para asumir los costes a largo plazo que motivaban este tipo de proyectos. Si queremos ser técnicos del Patrimonio sin ningún tipo de implicación social podemos hacerlo, nadie obliga a lo contrario. Pero si se pretende implicar a la comunidad hay que hacerlo de manera honesta. Y lo que si se transmitió de algunas de las charlas es que en determinados casos, efectivamente, se buscan subvenciones de manera indiscriminada y sin contemplar las implicaciones que estos proyectos tienen para con las comunidades locales”.[4]

Como me gusta compartir ideas, y más si estas ideas las comparto [sic]. Y si, igual que opina SEÑORAN sobre esto de la socialización, podemos extrapolarlo al tema de la didáctica en Patrimonio, aunque a nosotros no nos gusta hablar de didáctica, sino de Interpretación Patrimonial Didáctica.

En este sentido, rescatamos las palabras de Rodriguez Temiño, que nos dejó un día cualquiera en una red social. Parece un simple comentario –que lo es- pero que incide de manera brutal en un tema, del que deberíamos entrar a comentarlo en siguientes entradas al blog.  
 
“Didáctica de la arqueología y machismo.
Lo que empezó como una sospecha, afianzada en algunos comentarios con personas implicadas en actividades didácticas informales (excluyo toda la educación escolar) relacionadas con la arqueología o el patrimonio arqueológico, creo que podría externalizarse en un debate. Me parece indiscutible que este tipo de actividades está fuertemente caracterizado por un componente de género, es decir hay más mujeres que hombres dedicadas a trabajar estos temas con niños. En sí mismo, este dato no tiene por qué ser negativo ni positivo, pero el problema es que esconde actitudes claramente machistas.
Todo parte de una infravaloración de estas actividades frente a otras con una supuesta mayor carga de protagonismo (dirección de excavaciones, realización de informes...). Para estas últimas, la preparación y la competencia profesional parece indiscutible, mientras que "estar con niños" no precisa (según esta visión) ningún componente intelectual; basta con el tradicional "instinto maternal".
Esta visión, subyacente e inconsciente, no solo tiene un componente machista, sino que también adolece de una concepción errónea y nefasta de la educación informal y revela que profesionalmente todavía no estamos a la altura de las exigencias sociales. 
Esta es mi opinión, claro. El hecho de que en el ámbito teórico de la educación informal aplicada al patrimonio y a la arqueología haya hombres, no creo que afecte a mis conclusiones, ya que se trata de personas que se dedican a la teorización y no a la práctica y provienen del ámbito universitario y museístico. Se admiten otros puntos de vista”[5].

En estas líneas no vamos a entrar a pensar si verdaderamente hay una cuestión de género en la didáctica patrimonial, pero las palabras de Ignacio nos ha hecho que esta pregunta sobrevuele nuestras próximas apreciaciones de este mundo. Bien, después de leer a Ignacio -que siempre nos hace pensar digámoslo de paso- nos quedamos con unas palabras, destacando infravalorado y concepción nefasta de la educación informal. No podemos estar más de acuerdo con esta visión, e incluso creemos que hace falta más preparación para andar con niñ@s que dirigir proyectos. A las pruebas me remito. Solo hay que ir a un servicio oficial de patrimonio de cualquier Junta, Xunta, Generalitat u organismo oficial para darnos cuenta del nivel de los informes[6]. Hay informes y memorias que deberíamos reescribir, repensar o directamente quemar.

Pero bueno, volviendo a nuestro tema del post, que no era otro de hacer actividades, y en este caso, basándonos en la belleza de lo cotidiano, decidimos plantear un proyecto que nos lleva rondando bastante tiempo en nuestras cabezas, y no es otro que hacer talleres didácticos pero basándonos en concepciones teóricas, acertadas, empíricas, lúdicas y coherentes, con una base adecuada y queriendo trasmitir un conocimiento, y no edulcorando la actividad[7].  Por tanto, nos es grato enseñaros lo que pudimos hacer en una semana que pasamos en el campito, con la ayuda de nuestras familias y con las notas y ayudas tomadas de amigos y colegas[8]. Esto no deja de ser una prueba de una actividad, la cual la tendremos que cambiar, adecuar, flexibilizar para poder realizarla con público, tanto púber como personas adultas. El taller que nos planteamos es la de realizar pintura sobre tabla, a la manera más medieval -¿artesana?- posible. Nuestra intención era buscar materiales cotidianos, accesibles, y realizar una práctica que después la podamos extrapolar a un contexto concreto, enseñando y acercando un patrimonio olvidado o sencillamente, no expuesto ni explicado[9].

Los materiales necesarios para ello son muy normales y los podemos conseguir fácilmente. Primeramente una tabla -nos vale cualquiera que tengamos por casa, también nos valen aquellas de los palés de trasporte; cola de conejo, cal apagada, papel de lija, pigmentos naturales, y unos huevos. Bien. Después de conseguir los materiales, buscaremos un lugar donde estar tranquilos y empezar con nuestra dedicación, en la cual invertiremos alrededor de un par de días, o más.

Como primer paso, cogeremos nuestra tabla y la lijaremos de manera profusa, es decir, de manera abundante dejando una superficie lo más lisa posible[10]. Cuando la tengamos, pasaremos a la siguiente acción.

Vista de la tabla después del lijado.

A continuación, pasaremos a darle una primera capa de imprimación a la madera, utilizando la cola de conejo. Nosotros con anterioridad, hicimos nuestra propia cola de conejo[11], despellejando al susodicho animal, dejando salar su piel y cociendo los restos para realizar la cola. Después de varias semanas dejando secar, disponíamos de varios fragmentos de piel[12] y de unas laminillas de cola de conejo natural y artesana. La cola de conejo[13] se consigue cociendo los restos de tendones, piel, órganos inclusive y todos aquellos trozos -que no podamos utilizar para la alimentación- durante un largo periodo de tiempo a fuego lento. Después de cocerlo, la pasta resultante se deja secar a temperatura ambiente sobre algún tipo de molde de plástico, cubitera, etc,….durante el tiempo que creamos conveniente. Al secarse, se crea una lamina que será con la que empezaremos a trabajar.  Si no disponemos de conejo, y no queremos hacer sufrir a ningún animal de forma consciente,  podemos comprar la cola de conejo –en bolas o en laminas- en cualquier tienda de manualidades.


Vista del animal/ Piel desecada/lamina de cola de conejo.

Bien. Ya disponemos de unas cuantas cosas, pero todavía no hemos empezado a hacer nada. Lo primero que tenemos que hacer es hidratar la cola. Para hidratar la cola cogeremos aprox 100 gr. De cola y 220 cc de agua, y lo dejaremos hidratar en frio durante aprox. 24 horas. Utilizar este tiempo de espera para leer un libro.
 

Cola de conejo hidratándose/cola Hidratada.

Después de 24 horas de espera, la cola ya está hidratada, así que es hora de ponerla al baño maría, para obtener cola al uso[14]. Con esta cola al uso, podemos empezar a darle una cuantas capas de imprimación a nuestra tabla. Estas capas puedas darlas de cola al uso sin nada más, o unirla con agua y alcohol en una proporción de 6-3-1. Nosotros se las dimos sin juntarla con nada, variando capa de urdimbre con capa de trama. Le dimos alrededor de 4 capas, dejando secar levemente entre capa y capa. Después de la última nos fumamos un cigarro y esperamos un poco más.
 

Detalle de las capas de imprimación. 

Bueno, pues ya va cogiendo forma esto que estamos haciendo. A continuación tendremos que preparar el yeso/estuco sobre el que dibujaremos, para lo cual necesitamos la cal apagada. Cogeremos parte de nuestra cola al uso y la pondremos al baño maría en una proporción de 1/8, es decir una medida de cola por 8 de agua. Cuando este todo bien mezclado, empezamos a echar cucharadas de cal poco a poco, hasta que no se “moje” mas, y nos quede una especie de yogur. Removemos lentamente en sentido de las agujas de reloj, y si vemos que queda muy blando, echamos alguna cucharada más. Nosotros hemos hecho la prueba con 10 cucharadas de postre sin copete. Es preferible que nos quede primeramente una pasta blanda para darle las primeras capas, y luego ir añadiendo. Lo dejamos al baño maria durante el tiempo que creamos conveniente, y cuando tengamos una pasta parecida al yogur, empezaremos a darle capas a nuestra tabla. (Nosotros hemos realizado esta acción manteniendo la mezcla al fuego.)

Vistas de la pasta

Bien, pues empecemos a darle capas a nuestra tabla. Recordad dar capas intercalando urdimbre y trama, es decir, una vertical y otra horizontal, dejando secar entre capa y capa un tiempo recomendable. Nosotros primeramente dimos como 4 capas en un periodo corto de tiempo y fuimos ensanchando los tramos de imprimación, dando alrededor de 12/14 capas en total.
  

Vistas de imprimación. Primer y segunda; quinta y sexta; novena y décima,…

Hemos decidido dar entre 12 /14 capas de estuco, pero según la madera y la pasta que os resulte, podéis darle más o menos según prefiráis, pero que os quede una superficie de unos 5 mm de grosor, ya que después tenemos que lijar.

A posteriori, habiendo dejado secar la superficie un tiempo indeterminado –nosotros lo dejamos de un día a otro- empezaremos a lijarla. Tener a mano papel de lija de diferentes grosores. Empezad con el más grueso e id lijando con fuerza –si no está bien seco, destrozareis las capas y la lija, palabra de errorista- e id cambiando de grosor de lija según vayáis viendo, terminando eso sí, con las más fina, de manera muy suave, su su suave,.. ya que sobre esa superficie, totalmente plana y lisa es sobre la que dibujaremos nuestro diseño.

Lijado, o lijando,..

Si has llegado hasta este punto, Enhorabuena!!!, tienes una tabla recubierta de yeso la cual esta esperando que la decores, así que dejando a un lado la tabla, nos pondremos con la realización de los pigmentos.

Para los pigmentos, hemos utilizado pigmentos naturales, en este caso uno de color negro, el cual lo hemos juntado con cenizas del mismo color, quedándonos unos polvillos. Si el resultado no es un polvo homogéneo, utiliza un mortero para hacerlo más soluble. Cuando tengas el polvo resultante, y después de limpiar el mortero de tu hermana/madre que has utilizado, quedándote como resultado un polvo negro con un inquietante olor a ajo, empezaremos a dibujar.

Coge la tabla resultante, y con un pequeño trozo de carboncillo –o cualquier otro medio que quieras utilizar- dibuja lo que te venga en gana. Nosotros decidimos hacer una serie de líneas paralelas para poder ver las diferentes capas de pigmentos que le vamos a dar. En cuanto tengas el boceto del dibujo, volveremos a las tareas manuales.

Boceto.

Para la imprimación de nuestro dibujo, hemos utilizado la técnica de pintura de clara de huevo[15], utilizando para ello la clara de un solo huevo y uniéndolo con nuestro polvo de pigmento que anteriormente hemos realizado. El resultado es un pigmento acuoso de fácil imprimación.
 

Madre del huevo/ clara del huevo con pigmentos.

Bien, pues ya tenemos todo lo que necesitamos. Tenemos nuestra tabla con un dibujo bocetado, y nuestro pigmento a la clara de huevo preparado. Pues empezamos a darle capas, dejando secar entre capas, y realizando las pasadas cambiando orientación, tanto de urdimbre como de trama.  Nosotros dimos alrededor de 10 capas de pigmento hasta conseguir el aspecto deseado.
 
 


Capas de pigmentos.

Después de dejar secar y de revisar nuestro dibujo, pudimos observar la obra terminada.

Vista de nuestra pintura sobre tabla.

Bueno, pues aquí está el resultado. Etimologicamente hablando, hemos realizado un dinámica de pintura sobre tabla (¡), de una manera artesanal y con herramientas y materiales muy básicos. 
Como comentamos en líneas anteriores, y más concretamente en la nota a pie de página nº 7, al explicarnos a nosotros -supuestos entendidos en algo- la fabricación, realización y tareas de conservación y/o de mantenimiento, nos dimos cuenta en que, en lo más cotidiano, lo que hacemos todos los días,  lo que parece mas normal para toda esa gente que trabajan/trabajamos/hemos trabajado en un museo o centro de interpretación o lugar con restos, eso que hacemos todos los días, casi de forma mecánica e innata, con una pequeña explicación y las ganas de comunicarlo y enseñarlo, puede convertirse en una forma de divulgación altamente recomendable.  
 

Dinámica realizada. Pintura sobre tabla original / recreación realizada.

Necesitamos y debemos realizar tareas alejadas intrínsecamente de la mercadotecnia del mundo del arte y la cultura. Necesitamos –y ahora más que nunca- divulgar, dinamizar, experimentar y remover conciencias. Si una persona conoce los procesos de fabricación de una obra, no solo de ella, sino del soporte o de los materiales a utilizar, así como los procesos o mecanismos para su conservación o mantenimiento, parte del Binomio del Trébol de la Gestión Cultural[16], estará realizado y, lo más importante, será entendido.

Desde hace una temporada vemos con agrado en nuestra ciudad diferentes iniciativas encaminadas a una difusión y divulgación fuera de las estrechas miras conceptuales. De algunos ya hemos hablado en anteriores entradas al blog, así que para no repetirnos, pondremos a nuestros compañeros y amigos de Espacio Almargen[17], La Malhablada[18], o las iniciativas mediante pictojam´s de Tods Essomos Arte[19], por poner solo unos cuantos…..

El arte y la cultura está en todos los sitios, no solo en los museos, y sus almacenes esconden mil y un “tesoro”. Existen obras que nunca han salido de los fondos en los que se depositaron, y si preguntas por ellas, siempre te dirán frases hechas –de 0,60 según nos comentan Ojete Calor[20]- que no entran en el discurso de la colección, que no se actas para presentar, que estamos esperando a un mejor momento, que el público no las entendería, bla, bla, bla,…..pues hagamos algo nosotros para traducírselas.

Ayudad a A.(R)E.A. a traducir. Estudió en BUP, sus recursos son limitados.

A.(R)E.A. -.Acción (R)Evolucionaria Arqueológica.-





[1] Es que este tema es muy recurrente, ¿Verdad, Pedro Carretero?
[2] http://pabloaparicioweb.blogspot.com.es/2014/04/la-pompeya-de-los-tontos.html
[3] MOYA MALENO, Pedro R.; (2010): Grandezas y miserias de la Arqueología de empresa en la España del siglo XXI. Complutum, Vol. 21 (1): Pp. 12.

[4] SEÑORAN, José Mª.; (2014): Recensiones: I Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural. (SOPA´13). Pp. 255-258. NAILOS Estudios Interdisciplinares de Arqueología nº 1. Enero 2014. Oviedo.
[5] (RODRIGUEZ TEMIÑO, 2014). Cojo tu testigo, Ignacio, y A.(R)E.A. hablará sobre ello. Seguro.
[6] Algo diré de esto en la comunicación del JIA14. < http://jia2014.blogspot.com.es/p/programa-completo.html>
[7] Para que la práctica fuera lo más fiable posible, utilizamos como  manual el libro de DOERNER, Max; (1921): Los materiales de Pintura y su empleo en el Arte. Barcelona. Ed. Reverte. S.A (5ª Ed. 1994). Seguimos casi al pie de la letra las indicaciones que este autor señala.
[8] Aquí queremos agradecer la ayuda de Paula Joaristi, restauradora del Museo de Salamanca, que nos ayudó con la creación de esta dinámica y esperamos poder adecuarlo y realizarlo en algún sitio. No puedo estarle mas agradecido por su charlas y sus respuestas a mis singulares preguntas. Con todo lo que conlleva trabajar en esos zulos de restauración que tienen nuestros museos provinciales, supongo que “mis cosas” son como un soplo de aire fresco,.. -aunque produzca corriente. Gracias reina!!!!
[9] En este contexto,  con la ayuda de la mencionada restauradora, pudimos observar en el propio Museo de Salamanca, durante las tareas de limpieza del techo de una de las salas, < http://www.turismocastillayleon.com/cm/turcyl/tkContent?pgseed=1077780623333&idContent=5492> se encontraron una serie de piezas que no habían sido colocadas en el techo, y las cuales estaban siendo conservadas por el servicio de Restauración del propio museo. Al interesarnos por ellas, -las cuales tienen unos dibujos de leones, castillos y motivos florales espectaculares- el servicio de restauración del Museo nos explicó la forma, el proceso y la formación de las citadas tablas. En ese momento, emocionado ante las explicaciones que no estaban dando, decidimos que teníamos que hacer algo para enseñar esta parte de nuestro pasado.
[10] Esta primera parte podemos hacerla de manera industrial, es decir, con medios mecánicos o utilizando medios tradicionales de carpintería. Si nos decidimos por piezas de palés, realizar esta acción varias veces para obtener una superficie de trabajo lo más limpia de impurezas posible. El palé es el nuevo negro.
[11] Ningún animal sufrió en la realización de esta dinámica.
[12] Para la desecación de la piel, intentamos hacerla de la manera más natural posible. Hicimos pruebas con 4 criaturas (teníamos comida familiar; en próximos posts, os daré las recetas del conejo al ajillo y conejo adobado,..). Después de desangrarlos, empezamos a despellejarlos, con la inestimable ayuda de una persona que pilotaba, para poder obtener la piel en una sola pieza. Después de obtener las cuatro pieles, se salaron con sal gorda y se tensaron en un marco tipo. De las cuatro piezas obtenidas, solo llegaron 2 hasta nosotros, ya que otras dos se las comieron dos mastines muy majos que tiene mi hermana. De las dos que se salvaron, se rasparon para quitar la mayor parte de la superficie salada y se introdujeron en una cazuela para cocerlos con una gran cantidad de pequeños trozos de roble y taninos. Aprovechamos y cocimos unos cuantos huesos y cráneos que teníamos en el coche. La cocción fue bien, los taninos hicieron su labor y encima los cráneos cogieron un color oscuro muy bonito, en contraposición a la coloración hiperblanca que tomaban las piezas dentales. Lo dejamos reposar, pero se nos fue la mano con esta acción, perdiendo otra de las pieles, quedándonos solamente una, la cual podemos apreciar en las fotos. Estamos practicando, no nos echéis la bronca.    
[13] Opus Cit. Pp.89.
[14] Coger solo la que vayamos a utilizar. La restante la dejamos en alcohol y en el frigorífico para su conservación. Suele durar mucho tiempo.
[15] Opus Cit. Pp. 91
[16] GARCIA HERNANDEZ, Juan I.; (2012): Mea Culpa de un Arqueólogo de Gestión. < https://www.academia.edu/3070711/Mea_Culpa_de_un_Arqueologo_de_Gestion> < http://elfuturodelaarqueologia.blogspot.com.es/2012/04/capitulo-49.html>
[17] http://www.espacioalmargen.blogspot.com.es/
[18] https://www.facebook.com/lamalhablada.salamanca
[19] todsessomosarte@hotmail.com