“- Yo quiero ser madre.
- Pero, eso es imposible. Eres un hombre, no tienes matriz.
- ¡No me oprimas!
- Está bien, lucharemos también por defender tu legítimo derecho a querer ser madre aunque sea físicamente imposible.
- ¿De qué sirve defender su derecho a ser madre sino puede parir?
- Es un símbolo de nuestra lucha contra la opresión.
- Es un símbolo de su lucha contra la realidad.”
- Pero, eso es imposible. Eres un hombre, no tienes matriz.
- ¡No me oprimas!
- Está bien, lucharemos también por defender tu legítimo derecho a querer ser madre aunque sea físicamente imposible.
- ¿De qué sirve defender su derecho a ser madre sino puede parir?
- Es un símbolo de nuestra lucha contra la opresión.
- Es un símbolo de su lucha contra la realidad.”
La vida de Brian (Terry Jones,
1979)
Hola. Mi nombre es Jack, Jack
Jones, aunque todos mis amigos me llaman Jack la piedra. Seguramente os sonara
mi nombre, ya que mi padre fue famoso halla por los 90. Al igual que yo, a mi
padre le llamaban Jack la piedra[1], y –al igual
que yo, es un tío tranquilo y solitario.
Foto de carnet de Jack
Como parte integrante de A.(R)E.A.
-Acción (R)Evolucionaria Arqueológica, me toca reflexionar sobre diferentes
temas, y en eso me hallo ahora. Llevaba tiempo sin escribir, y eso se nota. Intentando
retomar la rutina de escribir y decir cosas, te encuentras siempre diferentes
frases o ideas que te hacen plantearte diferentes visiones, y una de esas
visiones, desgraciadamente he observado hace muy poco.
Pero antes de empezar a tirar
mierda contra el ventilador, pongámonos en situación, con unas cuantas ideas
prestadas, las cuales solo podemos aplaudirlas.
“…(…)… Si el
objetivo del arqueólogo o arqueóloga “militante” es la trasformación, y no
únicamente la interpretación, los instrumentos serán todos aquellos que se hayan
demostrado trasformadores de la realidad social. Solo mediante la practica
arqueológica social podremos hacer de la arqueología una ciencia verdaderamente
social”[2]
“La arqueología como practica investigadora, puede
influir, desempeñar un papel activo en sus diferentes realidades. Esta es una
máxima que ha estado presente y seguirá estándolo en muchos agentes de la
investigación arqueológica. Sin embargo, es preciso desarrollar un tratamiento
específico en que se aborde algunas de las posibles maneras de realizarlas…(…)…
Por eso animamos a que sea criticado constructivamente y a que aquellos que
sientan la compulsión de intervenir activa y subversivamente en la realidad, lo
hagan cuanto antes”.[3]
“…(…)…una arqueología comprometida, entendida como
teoría histórica y practica social subversivas, puede proporcionar una
perspectiva crítica fundamental a diferentes grupos, agentes y movimientos
sociales para construir un mundo sin jerarquías ni explotación social”.[4]
Sin pensamos en parámetros
historicistas, “…(…)…lo que destaca de la
cultura material es su grado de complejidad tecnológica para la cada vez mayor
domesticación del medio. …(…)… Cuanto mayor complejidad estética, tal y como
hoy es entendida, mayor desarrollo social y cultural se interpreta que posee un
grupo humano”[5],
deberíamos tener un complejo desarrollo social y cultural. Sin embargo, podemos
decir que hemos sido alienados por nuestra propia cultura material; es más,
incluso por una cultura material que rara vez será participe –o parte- de ella.
Nosotros -a la par que FALQUINA
et alii (2006. Pp.28)- abogamos por la alternativa de Pluciennik[6], cuando
afirma que “…(…)…una práctica arqueológica
realmente comprometida debe asentarse en una ética de la responsabilidad, es decir, prestando atención a los
aspectos concretos de las problemáticas de los grupos y comunidades con las que
se trabaja y/o de las que se participa, antes que en una ética de la intención, que presta
atención a problemáticas generales que suelen traducirse en códigos
deontológico normativos que pasan por alto los conflictos específicos y muchas
veces imponen prácticas ineficaces al no responder a las necesidades reales del
contexto en el que se colabora.”
En meses anteriores, en una de
nuestra entradas[7],
A.(R)E.A decía:
“La utilización fuera de contexto de estos restos, las
constantes reformas en los centros históricos,
a lo único que llevan es a una impersonalidad de las propias ciudades[8]. Y como todos los caminos llevan a Roma, pues
realizamos una solución de continuidad para hablar, no de la musealización de
restos en las ciudades, sino de la propia impersonalización de las mismas,
alejadas del burgo, cuna del hormigón menos almado y alejado de un entorno
verde y vivo. No decimos que tuviera que haber más arts topiary en las ciudades
–aunque sería una cosa que nos encantaría- sino que lo que decimos es que
odiamos a los arquitectos municipales y sus ideas novedosas de minimalismo,
quitando zonas verdes y calles con encanto, para dejar unos grandes espacios
hormigonados –salteado con unos cuantos arbolillos autóctonos y unos bancos de
diseño, of course- y calles peatonales que buscan ser motor de motivación del
consumo. Todo muy minimal,… En algunos casos quedan bonitas,… insulsas pero
bonitas,.. un espacio abierto siempre es un espacio abierto,….pero no se
preocupen ustedes, que si vemos que tal, pues ponemos una terraza –la gente
mayor de la ciudad dice que antes podías pasear por el casco histórico saltando
de terraza en terraza; la gente más joven dice que ahora también lo puedes
hacer no solo por el casco histórico, sino por casi todas las calles que tengan
menos de dos metros de acera,…- o varias, ya veremos, con sus estufas y
sombrillas, y unas plantas de plástico para dar un poco de color,…. La terrazas
gustan mucho,..o no.”
Bien,
pues estas ideas no estaban muy desencaminadas por lo que estuvimos leyendo, ya
que FALQUINA et alii (2006) ya decían cosas parecidas como estas hace uno
años,…..Y nosotros sin enterarnos,… sabemos que vamos retrasados con nuestras
lecturas, pero que curioso que lleguemos a las mismas conclusiones desde
parámetros diferentes,…
“La
construcción de obras públicas e infraestructuras es un dinamizador fundamental
de la economía, porque moviliza enormes cantidades de capital, mediante una
compleja red de empresas y partidos políticos, y supone la integración de la
población en un mercado urbano basado en los bienes de consumo y la
movilización de trabajadores. Expresado de un modo muy simple, la ciudad
precisa profundas modificaciones urbanísticas para proveerse de aceras más
anchas en las que ubicar las terrazas por las que el ayuntamiento pedirá
licencias; autopistas y redes de transportes para hacer llegar de un modo más
rápido, concentrado y eficaz a diversos trabajadores en tiempo de trabajo y a
consumidores en tiempo de ocio; espacios peatonales para facilitar un acceso
relajado, aunque masivo, a escaparates, comercios, cines, teatros y museos;
edificios de varias alturas, con profundas cocheras y hermosas fachadas, en los
que alojar a jóvenes emprendedores con un elevado poder adquisitivo; barrios en
los que recluir a amplias masas de una población proletarizada, tanto
inmigrante (extranjera y nacional) como local, con servicios muy deficientes,
etcétera…(…)… En este contexto, los arqueólogos podemos rechazar la dinámica
general resistiéndonos a la dinámica particular que se impone a las
intervenciones arqueológicas, que no es otra que la de servir de mero trámite a
la consecución de los intereses especulativos de las empresas constructoras y
sus secuaces. Esto debe conducir a un debate radical en el seno de la comunidad
arqueológica, pero, de igual modo, a un trabajo cotidiano en comunidades
urbanas concretas. Nuestro trabajo, en este último sentido, radica en la
necesidad de contribuir a la concienciación, propia y de los agentes y grupos
con los que convivimos, con respecto a las dinámicas soterradas de
dominación…(…). Desde un punto de vista arqueológico, es interesante constatar
cómo están cambiando las plazas y calles de grandes ciudades como Madrid, pues
donde antes había bancos y tierra que permitían el disfrute público y los
juegos de los niños, ahora encontramos superficies lisas de granito sin árboles
que den sombra en verano ni bancos en los que poder conversar…(…). Con ello, se
fomenta el desarrollo del sector terciario en el centro de la ciudad,
convirtiendo el centro histórico en un gran foco para el consumo y perdiendo
además todo su valor cultural.”[9]
Bien, estas palabras, unidas a la
visión que hemos tenido, nos ha producido una desilusión moral. Cuando en post-it pasados hablamos sobre la
construcción de las escaleras de la Plaza de Juan XXIII y de la plaza Anaya[10],
decíamos que una ciudad se construye a base de tiempo y espacios, pero
observamos como últimamente, esto último se lo toman al pie -derecho[11]- de la
letra la gran mayoría de los arquitectos –municipales o no- adoradores de Satan[12], que
ven en las enseñanzas de su profeta, Le Corbusier, el dogma de fe sobre el cómo
deshumanizar las ciudades. Incluso hay algunos que pondrían pivotes en mitad de
las calles, para por si acaso; Y así, mientras esperamos salir o no, o volver a
entrar en crisis, recesión o feudalismo, pues se podrían utilizar para sujetar
los toldos de las simpáticas terrazas Malthusianas que aparecen por nuestras
aceras.
Solo quiero hablar de esos
edificios o lugares –sitios, cosas,..- que no son tan bonitos y que tampoco los
enseñan la secta esa de los guias, pero que son parte de nuestro pasado tanto o
más que las construcciones grandilocuentes, porque han estado más cercanos de
lo que parece.
Si tuviéramos que hablar
etimológicamente de este tema podríamos decir que es una parte de la Arqueología
industrial, fechable –por poner una época- a partir de la guerra de la
independencia, por ser una fecha clave para nuestra ciudad, ya que durante la
guerra, aproximadamente un 60 % de los edificios singulares de la ciudad pasan
a una mejor –peor- vida. Se trataría por tanto de aquellas huellas que
conforman el espacio urbano desde ese momento en el que caben
edificios/edificaciones a otros elementos muebles, físicos, materiales como
inmateriales. Esta etnografía urbana
estaría hecha de los restos de nuestro paso en el camino urbano, llegando casi
hasta los momentos actuales, hasta nuestro pasado vivido, y son –como no podía
ser de otra manera- de naturaleza variada. Por poner un ejemplo, en este totum revolutum entrarían las pintadas
madrileñas de Muelle[13], que en
nuestra ciudad tendría el paralelismo con la pintada/logo/marca registrada de
MARIA[14], la
mítica discoteca/tienda de discos/tienda de comics/lugar de reunión, etc,…
Mítica cabecera.
Incluso esa huella tendría cabida
en este cajón desastre. Multitud de ejemplos podríamos poner de casi todas las
épocas, uniendo recuerdos y vivencias de vivos, muertos y extraños, vividas,
conocidas, simplemente encontradas o recordadas por nosotros, por otros o
impertérritas ante el paso del tiempo.
Son pocos los edificios que
permanecen intactos, y no digo al exterior, que “suelen” respetar las fachadas
aunque luego se haya hecho un vaciado estructural perdiendo no ya la fisionomía
de la casa castellana, sino la propia idiosincrasia de los espacios
habitados.
En el mundo arquitectónico,
existen edificios que no se deben –ni deberían- tocar. Es como si viviendo en
Barcelona, nos compramos un apartamento en la casa Milá –La Pedrera- con
balconada, y proponernos cerrar ese balcón, que seguro que con la cercanía al
mar tendrá una humedad,… Seria una absurda barbaridad, ¿Verdad?; o por poner un ejemplo de nuestra ciudad,
sería como hacer una terraza en la techumbre de la Plaza Mayor,…ehhh, bueno,
este a lo mejor no es el mejor ejemplo,...pero, volviendo al mensaje principal,
la perdida de espacios, de lugares, de retazos del pasado por parte de la
comunidad, hace que poco a poco, esta realidad social, se camufle entre el
hormigón menos almado.
Son pocas las
películas que se han rodado en alguna ciudad –en la nuestra se nos viene a la
cabeza las dos superproducciones hollywodienses que se rodaron en conmemoración
del 5º centenario de la conquista y aniquilación de los pueblos indígenas- en
la que una urbe haya sido la gran protagonista; La excepción la marcaria Woody
Allen y su complejo de edipo hacia la gran manzana[15].
De vez en cuando, nos acordamos
de algunos de los directores/cineastas que ha dado la ciudad –aunque antes se
acordara la gente del pasado charro de Arbeloa, aunque rara vez haya pisado la
ciudad- y nos viene a la mente el gran Basilio
Martin Patino, cuyo único “reconocimiento” en la ciudad es la colección
permanente que se puede ver en la filmoteca de Castilla y León.
Bien, pero no entremos en
reconocimientos fatuos, sino que nos centremos en la crítica/exposición que
queríamos hacer.
Existe una película que ensalza
de una manera maravillosa a la penumbra que envuelve a esta ciudad, ensalzando
la crítica al inmovilismo, dejadez, caciquismo y pasotismo de esta señora de
gran nobleza a la que le huelen los pies[16].
En la película de Patino,
-excelente en la realización para los amantes [sic] de la arquitectura- existen
escenas que son verdaderos palimpsestos
de relatos, espacios olvidados y lugares emblemáticos.
Pues bien, el último fotograma ha
sido velado.
Al final de la película, cuando
nuestro protagonista acata –o sucumbe- al tiempo vivido y a la moral impuesta,
camina con su progenitor.
Fotograma de la película.
Pues bien, mientras camina por
aquella ciudad anclada en el tiempo pretérito pluscuamperfecto de una belleza
singular, va pasando ante nuestros ojos diferentes escenas, que podíamos vivir
en primera persona, que podríamos contemplar en 3D, podríamos sentirnos parte
de la película, como le pasaba al protagonista de la –infumable- Last Action Hero[17].
Podríamos pararnos, hacernos una foto, ponerle un puto filtro de b/n o sepia
que tenemos todos nosotros en nuestros teléfonos y colgarlo en las redes
sociales y sentirnos especiales, que cojones,…pero, ya no, tendremos que
hacerles una foto a los pies en la playa,
vaya toalla,…
Si acabamos con las huellas no
sabremos de dónde venimos, y no sabremos donde vamos, y estaremos dejando las
ciudades impersonales y asépticas que pierden toda la belleza que tuvieron en su
día.
Sabemos que es difícil dejar paso
al progreso, pero nos habría gustado que en lugar donde estaba la mítica
Librería Aniceto[18]
–conocida y admirada- hubiera o hubiese una placa que la recordara como parte
integrante del comercio salmantino, incluso nos habría gustado que no hubieran
cambiado la fachada, o que hubieren conservado la cartelería de época, aunque
el negocio que lo sustituyese poco o nada tuviera que ver con el contenido del
contenedor, pero sería un grato recuerdo. Pues bien, el sucesor de A. Mediavilla,
Ricardo J. Ruano, de la Ferreteria nº 6 tampoco puede decirlo.
Imagen de una época.
El último fotograma quasioriginal
de la mítica obra de Basilio, aquella postal a Berta que quedaba impertérrito
ha sido desmantelado y pintado de,…¿rosa? No estamos diciendo que debiera dejar
per secula, pero un poquito más de
delicadeza se podría haber tenido.
Fotograma con filtro de Instagram.
¿Se debió tirar aquel mítico
edificio de alojamiento? ¿Se debe permitir el cambio de fachada en pos de un
nuevo y fructífero negocio en espacios singulares que son una tentazión? ¿Se
debería cambiar el nombre de ciertas vías que son fruto de nuestro pasado mas
cruel? ¿Se deben perder ciertos espacios que están en la memoria visual de la
ciudad? Pues es lo que deberíamos debatir, lo malo es cuando no se hace, ni se
debate, ni se critica, ni se explica, ni se expone, ni os interesa, ni nos
molesta,…
A.(R)E.A. -.Acción
(R)Evolucionaria Arqueológica.-
[1]
Nuestro pequeño homenaje al
comic de culto Mondo Lirondo (Camaleón ediciones 1993-1997) ideado por la
gente de La Penya (Albert Monteys, Álex Fito, Jose Miguel Álvarez e Ismael Ferrer).
Nuestro personaje nace de aquellas páginas -aunque no sabemos si de la relación
que mantuvo Jack la piedra con María José la corriente eléctrica. Creemos
–pensamos más bien- que es el fruto de una relación homo-erótica que mantuvo
con Jeremías el pez explorador, en una de sus escapadas a las Herriko-saunas de
las vascongadas,….aunque este idilio no ha sido confirmado por fuentes
literarias ni fidedignas.
[2] TEJERIZO GARCIA, Carlos;
(2011): Arqueología y cine: distorsiones de una ciencia y una profesión.
En VV.AA; (2011): El futuro del pasado,
nº 2 Pp.389-406.
[3]
FALQUINA APARICIO, A; MARIN SUAREZ, C; ROLLAND CALVO, J; Grupo Arqueológico
Tierra de nadie; (2006): Arqueología y práctica política. Reflexión y acción
en el mundo cambiante. Arqueoweb
8(1) abril 2006. <http://pendientedemigracion.ucm.es/info/arqueoweb/pdf/8-1/falquina.pdf>
[4]
FALQUINA APARICIO, A; MARIN SUAREZ, C; ROLLAND CALVO, J; Grupo Arqueológico
Tierra de nadie; (2006): Arqueología y práctica política. Reflexión y acción
en el mundo cambiante. Pp.11. Arqueoweb
8(1) abril 2006. <http://pendientedemigracion.ucm.es/info/arqueoweb/pdf/8-1/falquina.pdf>
[5]
FALQUINA APARICIO, A; MARIN SUAREZ, C; ROLLAND CALVO, J; Grupo Arqueológico
Tierra de nadie; (2006): Arqueología y práctica política. Reflexión y acción
en el mundo cambiante. Pp.11. Arqueoweb
8(1) abril 2006. <http://pendientedemigracion.ucm.es/info/arqueoweb/pdf/8-1/falquina.pdf>
[6] PLUCIENNIK, M. (2001): “The
responsabilities of archaeologists” en M. Pluciennik (ed.): The
responsabilities of archaeologists. Archaeology and Ethics. BAR
International Series 981, Oxford.
[7]
http://arqueoart.blogspot.com.es/2014/02/me-encanta-el-olor-napalm-por-la-manana.html
[8]
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/01/05/actualidad/1388947168_824504.html
[9]
FALQUINA APARICIO, A; MARIN SUAREZ, C; ROLLAND CALVO, J; Grupo Arqueológico
Tierra de nadie; (2006): Arqueología y práctica política. Reflexión y acción
en el mundo cambiante. Arqueoweb
8(1) abril 2006. <http://pendientedemigracion.ucm.es/info/arqueoweb/pdf/8-1/falquina.pdf>
[10] <http://arqueoart.blogspot.com.es/2014/03/la-historia-al-igual-que-la-escritura.html>
[11] Chiste arquitectónico.
[12] SEMS
<http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Carlos_Arg%C3%BCello>
[14] A.K.A.: Maria Sangrienta.
[15] A.K.A.: Nueva York.
[16] (LOPEZ SANTAMARIA, Jesus,
1986)
[17] Si se quiere tener una
experiencia de como seria entrar en una película, ver The kentucky fried Movie (John Landis, 1977)
[18] <http://macgo.wordpress.com/2011/02/13/adios-a-la-libreria-aniceto/>